lunes, 5 de enero de 2015

Flora y fauna.

El paisaje más característico de la cuenca del Llierca lo forman la combinación blanquecina de la roca calcaría de los riscos con el verde oscuro de los encinares, el tipo de bosque predominante.

Aunque en la Alta Garrotxa las lluvias son abundantes, la rápida infiltración del agua a través de la roca hace que su efecto sobre la vegetación sea limitado, lo que acaba comportando un ambiente vegetal más seco de lo que le correspondería favoreciendo el encinar.

Aún así, en ganar altura en las solanas podemos encontrar robledales y prados de pasto y en las umbrías húmedas hayedos.  Alrededor de los cursos de agua encontramos comunidades vegetales dominadas por el aliso, el avellano y el sauce.

El retroceso de las prácticas agrícolas y ganaderas, ha hecho crecer la superficie de bosque en detrimento de los espacios abiertos y el paisaje en mosaico, cosa que ha provocado un augmento de las especies animales adaptadas al bosque como el jabalí y la ardilla y un descenso de las especies adaptadas a espacios abiertos como el conejo y la perdiz cosa que afecta a la supervivencia de otras especies como las aves rapaces (águilas, halcones, búhos y buitres).

En el río encontramos peces como el bagre y el barbo de montaña y una buena representación de reptiles y anfibios de agua como la salamandra, la culebra y en las rocas la lagartija.

Podemos encontrar otros mamíferos como 
el rebeco, el corzo y el gato silvestre y una gran multitud de especies invertebradas aún por estudiar.

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